La unificación de Egipto

   Mentuhotep II había hecho construir en Gebelein un templo cuyas paredes estaban decoradas con escenas relativas a la guerra de unificación. Ese santuario fue destruido y los bloques se volvieron a emplear en época ptolomeica en los cimientos de un nuevo templo. Afortunadamente, han sido conservados algunos fragmentos históricos. Uno de ellos representa la ley en la actitud clásica del vencedor que extermina a sus enemigos; estos aparecen en números de cuatro y representan a nubios, asiáticos, libios y egipcios. La leyenda que acompaña la escena explica que el rey venció a los jefes del Doble País, puso orden en el Sur y en el Norte, en los países extranjeros, en Egipto, y que los nueve arcos están bajo sus pies.                                                                                                                    No podía aludirse mas claramente ni en forma mas concisa a la lucha que el unificador de Egipto debió sostener en primer lugar contra los egipcios y luego contra los países limítrofes, dispuestos siempre a aprovechar las circunstancias favorables para penetrar en Egipto. En las excavaciones del templo funerario de Deir el-Bahari se ha descubierto cierto numero de fragmentos datados en el reinado de Mentuhotep III los cuales representan escenas de guerra. Lamentablemente, lo que ha quedado no permite afirmar si se trata de guerras de unificación. No obstante es muy posible que Mentuhotep III haya tratado de III compartir con su predecesor la gloria de una victoria sobre el norte. Como se vera mas adelante, es posible que ello haya tenido su razón. En todo caso, uno de sus funcionarios lo designa como Aquel a quien montu ha entregado el Doble País, lo cual parece probar que el rey se complacía con este elogio; esta indicación se encuentra confirmada por el nombre de Horus del rey; aquel que unió el Doble País. (Diotron y Vandier, 1985, p.206) 

Comentarios

Entradas populares